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Don de la Divina Voluntad Parte 2

 


 

hombre, Dios decretó que el tiempo de otra Era de Gracia había de venir; el tiempo de restaurarle al hombre el Don de Dones, de Su Divina Voluntad. Así como decidió se ejecutara la Redención a través de su Madre, la Virgen María, esta vez escoge a otra virgen, a Luisa Picarreta, a quien Dios entrega el Supremo Don de Su Voluntad Divina, a la edad de 24 años, en 1889. A través de Luisa, Dios quiere entregar éste Don Santísimo de la Divina Voluntad a quien quiera recibirlo. Cómo exactamente se adquiere éste Don de la Voluntad de Dios? Jesús le habla a Luisa de manera regular por muchos años, dictándole 36 volúmenes describiendo todo lo relacionado a Su Voluntad Divina, y el conocimiento de cómo vivir ésta Voluntad Divina, tres veces Santa.

Una Decisión Firme en la DV
En éstos volúmenes, Jesús explica que uno debe primero desear el Don de la Divina Voluntad, con todo el corazón, buscar adquirir el conocimiento necesario, en la lectura, estudio y meditación en los 36 volúmenes de Luisa; para luego hacer una firme decisión de vivir solamente en la Voluntad de Dios, y no darle más vida a la voluntad humana.

Actos Preventivos y Actuales
Cómo hace uno esto? Primero, al despertar, debe hacer el Acto Preventivo, en el cual 1).- Entra uno en Jesús, 2).-Transformarse uno en El, 3).-Tomar todo lo que existe, en El, ahora puedes encontrar en Jesús, la divina versión de tu vida suspendida en El. Tómala, hazla tuya y ofrécela con El, al Padre.

Puedes hacer ésto repetidas veces, no solamente por tu propia vida, sino también repetidamente con las vidas de los demás; Haciendo la intención general de poner todos los actos del día en la Divina Voluntad, a través de las manos de Nuestra Madre Santísima y Luisa. Luego, durante el día, poner los actos actuales en el mar inmenso de Su Divina Voluntad.

Giros del Alma en la DV
Una de las maneras más efectivas de vivir en la Divina Voluntad, es el de corresponderle a Dios en Amor, por todo lo que El ha creado por amor a nosotros.- lo que constituye la primera obligación de la creatura - y que más complace a Dios; es el hacer los Giros del Alma en la Divina Voluntad. Es una oración que consiste en visitar todas las obras de la Creación y la Redención para tomarlas y posesionarse de ellas en todo su Amor y cualidades Divinas impresas en ellas, para regresarlas a Dios como actos de Amor, adoración, alabanza, reparación, reconocimiento y agradecimiento, al mismo tiempo que se implora que venga el Reino, y que se haga la Voluntad de Dios en la tierra como se hace en el Cielo.

Esta forma de oración es llamada también Giros de la Creación, Redención y Santificación, y se dice en el libreto en el cual se hacen 24 meditaciones sobre éste tema, acompañados por un Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Gloria al Padre, en cada meditación. Después de cada meditación, se recita la plegaria "Ven Suprema Voluntad, ven a reinar en nosotros" y "Ruega por nosotros, Reina de la Divina Voluntad, para que la Divina Voluntad,

Reine en la Tierra como en el Cielo".

El Don es dado primero como Préstamo
Cada acto que ponemos dentro del círculo de luz de nuestra alma, nos acerca cada vez más a poseer el Don de manera permanente. Al principio, Dios nos dá el Don en préstamo, es decir, en cada acto que hacemos, nos dá el Don para hacer ése acto en particular, y lo retoma hasta el siguiente acto que hacemos en la Divina Voluntad. Cuando hemos hecho cierto número de actos divinos, que El ha pre-establecido, y que él considere que puede confiarnos éste Don, hasta entonces nos lo entrega permanentemente.

Actos Divinos en la D. Voluntad
Así es como todos nuestros actos se convierten en actos Divinos. Cómo es esto posible.? Bueno, Jesús le dijo a Luisa, que mientras El vivió en la tierra, vivió cada una de nuestras vidas, re-haciendo nuestros actos divinamente, para poder poner nuestros actos humanos en Su Divina Voluntad, bilocó su Acto Divino en nuestro acto humano, y así divinizar cada uno de nuestros actos puestos en su Divina Voluntad. Este Acto Divino entra en la esfera de la Eternidad, y continuará dando a Dios perfecto Amor, Gloria, Adoración, Alabanza y Agradecimiento por toda la eternidad, hacienda bien a toda la tierra. Así se cumple el deseo de Dios: que el hombre viva en el lugar, el orden y el propósito para el cual fué creado, que viva en su Divina Voluntad.