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Oraciones En La Divina Voluntad Parte 4

 


 

o el hijo irá a vivir con su Madre en el Cielo... ¡Oh, qué feliz seré!

Oye, Mamá queridísima, para hacer aún más solemne la consagración de mi voluntad a Ti, llama a la Trinidad Sacrosanta, a todos los Ángeles y los Santos, y en la presencia de todos declaro y con juramento, que hago solemne consagración de mi voluntad a mi Madre Celestial. Así sea.

Reina Soberana, viviendo en la Divina Voluntad te pido para mí y para todos tu santa bendición descienda ésta como celestial rocío sobre los pecadores y los convierta, sobre los afligidos y los consuele, sobre el mundo entero y lo transforme al bien, sobre las almas del Purgatorio y extinga en ellas el fuego que las quema. Tu bendición materna sea prenda de eterna salvación para todas las almas. Así sea.

Consagración a Jesúscristo Rey del Universo
Oh Jesús, Rey de reyes, Dios de Bondad, Dios de Amor, Dios de Misericordia, yo adoro, amo, agradezco y glorifico Tu Voluntad Santísima, acompañada de Tu Bondad y Amor.

Por doquier, y en todo tiempo, sea en la alegría o en dolor, Tu Santísima Voluntad, Tu Divino Amor son la estrella que me guía, la ley que me gobierna, el aire que respiro, el palpitar de mi corazón, la constancia, o mejor, la vida de mi vida. A tal fin, uno todas mis plegarias y acciones a las Tuyas, toda mi vida a la Tuya, y las oraciones de la Virgen

Madre, de San José y de todos los Elegidos que han sido, son y serán; con todo el bien pasado, presente y futuro que es real y posible en el cielo y en la tierra.

Yo me consagro y en todo me dono, cuanto tengo, cuanto soy, cuanto me pertenece, cuantos me son queridos, mi vida, mi muerte, mi eternidad, todo lo que has creado y crearás, lo entrego a Tu Supremo Querer, a Tu infinito Amor; y Te ruego, Oh Sabiduría infinita, me inscribas, con caracteres indelebles, en Tu Adorable Corazón, cual hijo ardiente y celoso, de Tú Divino Querer y de Tu puro Amor. Yo completo este ofrecimiento y donación en el Poder del Padre, en la Sabiduría del Hijo, en la virtud del Espíritu Santo, en nombre mío, y en el de todas las creaturas, para lograr el advenimiento y expansión del Reino de Tu Divino Voluntad y de Tu Divino Amor sobre la tierra. Haz, oh mi Señor, que de cada labio y corazón, como de un Sagrado Altar, alcen siempre al Cielo, la plegaria que Tu mismo por vez primera dirigiste al Padre: “Venga a nosotros Tu Reino, hágase Tu Voluntad como en el Cielo, así también en la tierra. AMEN.

Ofrenda de la Propia Vida en la Hora de la Muerte a la Divina Voluntad
Mi dulce Jesús, quiero morir en tu Voluntad. Uno mi agonía a la tuya, y tu agonía sea mi fuerza, mi defensa, mi luz y la dulce sonrisa de tu perdón.

Mi último aliento lo pongo en el último respiro

que diste por mí en la Cruz, para que pueda presentarme ante Ti con los méritos de tu misma muerte. —Sí, oh Jesús, ábreme el Cielo y ven a mi encuentro a recibirme con aquel mismo Amor con el que Te recibió el Padre, cuando Tú exhalaste en la Cruz tu último respiro; introdúceme después con tus brazos, y yo Te besaré y me saciaré de Ti eternamente.

Mamá mía, y vosotros, Ángeles santos, venid a asistirme como asististeis a Jesús en su muerte. Ayudadme, defendedme y llevadme al Cielo. Así sea.