Luisa no parecía muerta; se hallaba sentada en su lecho, vestida de blanco; parecía dormir, porque, como ya hemos dicho, su cuerpo no sufrió la rigidez cadavérica. En efecto, sin esfuerzo alguno se podía mover su cabeza en todas las direcciones, alzarle los brazos, plegar las manos y todos los dedos; se podía incluso subirle los párpados y observar los ojos lúcidos no velados. Todos la consideraban aún viva, inmersa en un sueño profundo.Un grupo de médicos, llamados
precisamente para ello, declaró, después de examinar atentamente el cadáver, que Luisa estaba
realmente muerta y que por consiguiente se debía pensar en una muerte verdadera y no en una
muerte aparente, como todos imaginaban.
Ataúd Especialmente diseñado
Luisa había afirmado que nació «al revés»; por eso, era justo que su muerte fuera «al revés» con
respecto a las demás criaturas. Permaneció sentada, como había vivido siempre, y sentada tuvo que
ir al cementerio, en una caja construida expresamente, con las paredes laterales y frontales de
vidrio, a fin de que pudieran verla todos, como una reina en su trono, vestida de blanco, con el Fiat
en el pecho.
Más de 40 sacerdotes
Más de cuarenta sacerdotes, el Cabildo y el clero local, participaron en el cortejo
fúnebre; las religiosas por turnos la llevaban a hombros; una multitud inmensa de ciudadanos la
rodeaba: las calles estaban increíblemente abarrotadas; incluso los balcones y los tejados de las
casas se
hallaban llenos de gente, y el cortejo avanzaba con gran dificultad. El funeral de la
pequeña hija de la Divina Voluntad fue celebrado en la Iglesia Madre por el Cabildo entero. Todo el
pueblo de Corato siguió los restos mortales hasta el cementerio. Cada uno trató de llevarse a casa
un recuerdo, flores, después de haber tocado el cadáver que, pocos años después, fue trasladado a
la parroquia de Santa María Greca.
Todos la consideraban aún viva, inmersa en un sueño profundo...Médicos declaró que Luisa estaba
realmente muerta.
En 1994, el día de la fiesta de Cristo Rey, en la Iglesia Madre, Su Excelencia Monseñor Carmelo
Cassati, en presencia de un público numerosísimo y de representaciones del exterior, abrió
oficialmente el proceso de beatificación de la Sierva de Dios Luisa Piccarreta.
Fechas significativas
1865 — Luisa Piccarreta nació, el 23 de abril, Domingo in Albis, en Corato (BA), de Vito Nicola y Tarantino
Rosa, los cuales tuvieron cinco hijas: María, Rachele, Filomena, Luisa y Angela.
1865 —Pocas horas después del nacimiento de Luisa, su padre la envolvió en una manta y la llevó a la Iglesia Madre para el bautismo. Su madre no sufrió los dolores del parto; su nacimiento fue indoloro.
1872 —Recibió la Primera Comunión el Domingo in Albis y ese mismo día monseñor Giuseppe Bianchi Dottula, arzobispo de Trani, le administró el sacramento de la Confirmación.
Un tiro en la cabeza de Luisa Piccarreta.
1883 —A la edad de dieciocho años, ve desde el balcón de su casa a Jesús, inclinado bajo la cruz, que le dice «¡Alma, ayúdame!». Desde ese momento, aquella alma solitaria, vivió en continua unión con los sufrimientos inefables de su Esposo Divino.
1888 —Se hace Hija de María y Terciaria Dominica con el nombre de sor Maddalena.