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Como Vivir en la Divina Voluntad

 


 

DV ven a Reinar en la Tierra
El Santo Padre Juan Pablo II en Mayo de 1997, habló de una "Nueva y Divina Santidad", para la Cristiandad del Tercer Milenio, que traerá a la Iglesia su más grande Gloria! Esta nueva era no es otra que la del Reino de la Divina Voluntad y será el cumplimiento de la oración de Cristo: que se haga su Voluntad en la Tierra como se hace en el Cielo.

El Plan de Dios: Vivir en su DV
Desde el principio, era el plan de Dios que el hombre viviera dentro de Su Voluntad Divina, un estado en el cual el hombre posee a Dios al mismo tiempo que es poseído por Dios. La Voluntad Divina de Dios es Su misma Vida Divina, la substancia de su Ser, Su Felicidad, Su Todo. Sin embargo, Adán y Eva en el momento de la prueba, escogieron hacer su voluntad en lugar de la Voluntad de Dios, resultando así la pérdida del Don de la Divina Voluntad. Sin embargo también, Dios no abandonó totalmente su plan de que el hombre viviera en su Voluntad Divina después de la caída de  Adán y Eva, sino que decidió restaurar el Don gradualmente, decretando dos Fiat:  la Redención y  la Santificación del hombre.

La historia del Plan de Dios por la Creación del hombre, se divide en las siguientes tres obras o Fiat de Su Divina Voluntad:
1) Creación
Dios mismo pronunció este Fiat, que propició la creación del universo y la creación del hombre. Y comenzó con las primeras palabras de Dios: "Fiat Lux"

(hágase la luz).
2) Redención
Para que éste Fiat tuviera efecto, fué necesario que la creatura Maria pronunciara su Fiat Mihi: "Hágase en mí, según Su palabra." Este Decreto, promulgó la Encarnación del Verbo, Su Pasión, Muerte y Resurrección.
3) Sanctificación

Este Fiat restaura el Don de la Divina Voluntad al hombre y completa el propósito de la Redención con la completa Glorificación de Dios: éste Fiat también lo pronuncia la creatura: Primeramente Luisa, luego cada uno que escoge vivir en la Voluntad de Dios en cada uno de sus actos. Esto traerá el Reino de la Divina Voluntad a nosotros tal como Reina en el Cielo Bendito.
Photo of Luisa Piccarreta.
La Sierva de Dios Luisa Picarreta, mostrada aquí en estado de éctasis.

Solo se necesita desear el Don de la Divina Voluntad, y escoger no darle más vida a la propia voluntad; Jesús hará todo el trabajo. Se sacrifica la propia voluntad, actuando como Jesús quisiera hacer el acto en nosotros: es Jesús quien quiere orar, quien quiere comer, quien quiere dormir. Cuando se despierta por la mañana, la primera cosa que ha de hacer es entrar en Jesús y transformarse en El, tomando todos Sus actos haciéndolos propios, llevarlos a todas las creaturas, dándoles la Vida Divina de Jesús a cada creatura. Luego regresar a Jesús para entregarle, a nombre de todos, la Gloria que deberían darle, disculpándolos.

Fundir la propia voluntad con DV
La intención de Dios era quel hombre viviera tan cerca y unido a El, hasta fundir su voluntad con la DV en todos sus actos. Que la creatura reconozca su nada, al punto de sentirse incapaz de actuar a solas, y desear actuar solamente en unión con su Amado.

Pide a la DV que entre en tu Acto
Se invita a Dios a actuar con y en nosotros por la simple formula: Ven DV, a pensar en mi mente, ven DV a respirar en mis respires, etc. Ven DV a comer, ven DV a conducir, ven Divina Voluntad a dormir. Se llama a que venga la Voluntad de Dios como el actor principal en nosotros, sin importar lo pequeño del acto. Pide a la Divina Voluntad que entre en cada acto que se hace, y ése acto se vuelve Divino. Los actos de Jesús en su Divina Voluntad permanecen suspendidos en Su Voluntad Divina, aguardando los actos correspondientes en su Divina Voluntad para fundirse inmediatamente y hacerlos perfectos. Unos cuantos minutos de actuar en Su Voluntad Divina valen siglos en actos hechos en la humana voluntad.

Giros del Alma en la D. Voluntad
Es la primera obligación de la creatura el de corresponder en Amor con su pequeño amor, con gratitud, por todas las cosas que Dios en Su Voluntad Divina ha hecho para nosotros. Esto se logra haciendo los Giros del Alma en la Voluntad de Dios. Recorriendo todas las cosas creadas por Dios en su Divina Voluntad, para imprimir su correspondencia de amor, de Gloria y alabanza por todos y a nombre de todos.